Com a persona crítica, de natura inquieta i d'esquerres
la proposició de participar en l'homenatge a Santiago Carrillo em va emocionar, i alhora, em va fer sentir el neguit propi
d'aquelles persones que no ens agrada massa ser protagonistes.
Tot plegat va ser molt emotiu, veure tantes persones allà
reunides per dir un fort Fins aviat! a en Santiago. Un fins aviat perquè penso que, passat el moment efímer de la vida, mentre algú ens recorda i ens té present tornem a la falsa vida de la
memòria.
No sóc una convençuda de la transició, ja que
aquesta ens ha portat fins a un lloc fosc, però reconec el gran esforç que en
Santiago, al costat d'altres persones d'esquerra, van realitzar en aquell difícil moment.
La transició
com tants altres períodes de la història parla de cedir per un bé major, però
continuo pensant que les concessions han estat excessives, i que sobretot han durant massa temps. La Guerra Civil Espanyola no ha estat tractada com caldria,
la transició no ha estat útil a llarg termini per la falta de responsabilitat
de partits com el PSOE i les seves filials. No puc obviar que persones
suposadament d'esquerres han governat durant la democràcia que va continuar
després de 40 anys de dictadura. I ara, quasi 40 anys després, continuem sent
una monarquia, continuem amb persones que van ser represaliades i enterrades en
fosses clandestines però conegudes, continuem amb lloc públic amb símbols
franquistes...perquè en el fons continuem amb una democràcia tan fràgil
que fa por. Tan fràgil que no contempla la possiblitat real de que les persones puguem decidir com volem viure.
Aquí deixo la meva petita aportació en forma de intervenció:
"El día que me
comentaron si quería participar en este acto, pensé dos cosas:
Una, qué estaba
inmensamente feliz de poder colaborar en su homenaje.
Y dos, cómo
iba a ser capaz de poner palabras a esos sentimientos arraigados hacia la
persona y figura pública de Santiago
Carrillo.
Como ya ha
comentado Emilia, ponemos voz a esas personas anónima, que tenemos en común
haber vivido desde la infancia bajo la influencia de las palabras de Santiago.
No diré que Carrillo
fue la primera palabra que aprendí a decir, porque sería faltar a la verdad. Pero
no exageraría si dijese que fue de las que más oí, y aún oigo, en todas las
tertulias familiares.
Pero los
niños y las niñas crecen, y yo no fui la excepción. Así que mientras mi cuerpo
se alargó y agrandó, mi cabeza se amuebló con principios, ideas y sueños.
Aquella niña que de la mano de su mama Rosa y
su Tia Juanita vivió PSUC, Mesa para la Unidad de los Comunistas y
posteriormente PSC dejó la adolescencia para dar paso a la persona adulta que cuando
hubo de escoger una profesión de todas las que había desempeñado escogió la
docencia, pues fiel a sus principios creía, y sigue creyendo, que la educación
de un país debe ser pública, laica y de
calidad si realmente quiere garantizar la igualdad.
En todo ese
camino que ha sido mi vida…las palabras de Carrillo me han hablado de:
El orgullo de
aquel o aquella que lucha por unas ideas que cree justas.
La dignidad
que permite luchar, caer y levantarse para volver a luchar.
La fidelidad
a unos principios que harán de este mundo, un mundo mejor.
La lucidez con
la que ha de ser regalada la sabiduría.
La justicia
que nos ha de hacer iguales.
La integridad
que convierte al político en una persona de confianza.
La coherencia
que siempre ha de acompañar a las palabras y acciones.
La amabilidad
con la que se ha de tratar a la gente.
El dialogo como
arma para convencer.
La paciencia
con la que se han de explicar los principios, las ideas y los sueños.
La esperanza
que se ha de transmitir , no importa lo malo que sea aquello que se ha
describir, siempre ha de haber espacio para ella.
Esta claro
que como toda persona habrá tenido sus sombras, pero para mi ha sido, es y será
uno de los buenos, uno de los grandes de este país. Un gran visionario, que con
la experiencia del pasado y la observación del presente, era capaz de
mostrarnos el futuro al que nos dirigíamos.
Añado por
necesidad, mi deseo de dar las gracias a todas aquellas personas que a lo largo
de la historia han dado partes de su vida, o incluso su vida entera, para mejorar
la situación de sus iguales. Personas que creyeron que la unión hace posible
los cambios, que dieron ese paso adelante que impulso al resto de la sociedad a
luchar. Carrillo ha sido una de estas personas.
Es adecuado recordar que en este país se nos quito algo muy importante: la oportunidad de ser una gran sociedad. Y a cambio se nos dio una dictadura que mediante el miedo robó un futuro mejor a muchas generaciones.
Ahora, casi 36
años después de las primeras elecciones generales tras la dictadura franquista,
nos hallamos en una situación a nivel mundial que requiere de personas capaces,
valientes, solidarias, responsables y altruistas que luchen igual que se luchó en
el pasado por la igualdad y por los derechos humanos.
Ya no es
tiempo de mediocridades ni de intereses individuales. El tiempo de dudar se ha
acabado, no podemos perder más derechos y hemos de recuperar los secuestrados
en el camino en nombre de la crisis. La izquierda debería hacer de esta lucha
una causa común, y unirse en un solo frente. Seremos capaces? Me gusta pensar
que no hay nada imposible, o como mínimo, nada imposible de intentar.
Gracias
Santiago"
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